Fin de semana en Zuheros

Hola a tod@s:

Pues este fin de semana he estado de turismo rural en Zuheros, en casa de mi amigo Aurelio. Zuheros es un pueblo de la Subbética cordobesa, pequeñito pero precioso, y con unas cuestas de infarto.

Hasta el último momento no supe si iría o no (mi perro estaba malito) pero al final pudo ser y allí que llegamos a las 11 de la noche del viernes.

Teníamos todo el fin de semana planificado, Aurelio nos quería enseñar todas las maravillas de su pueblo.

El sábado fuimos a la Cueva de los Murciélagos (en la foto nos podéis ver a la salida de la cueva). Teníamos que salir tempranito, para evitar el calor, pero la noche del viernes se alargó hasta las 4 de la mañana. Aún así allí estábamos puntuales para entrar en la cueva. Esto suponía un reto para mí, porque la última vez que intenté entrar me dio una lipotimia y me tuve que salir; así que iba un poco miedosa por si me daba la claustrofobia en mitad de la cueva. Prueba superada!!!!! no sólo entré y me porté como una campeona, además flipé en colores porque la cueva está chulísima, incluso vimos un murcielaguillo por allí revoloteando.

La parte visitable de la cueva tiene una profundidad de unos 63 metros y hay unos 700 escalones (300 de bajada y 400 de subida; en la foto aparecen los primeros escalones en la entrada de la cueva). Una de las salas más bonitas es la del Fémur; en ella hay activa una estalacmita de cuatro metros formada por el agua caída desde una estalactita de sólo 10 centrímetros.

Entre las manifestaciones artísticas que pudimos ver en la cueva están unas pinturas rupestres muy esquemáticas que representan cabras, y el grabado de una cierva.

También hay restos del esqueleto de una mujer que fue enterrada en la cueva. Más abajo también aparecieron huesos humanos y de un oso.

Después de salir de la cueva nos fuimos a casita a refrescarnos por dentro y por fuera, porque hacía un calor de mil demonios. Por la noche, otra vez hasta las tantas, aunque hubo dos personajes que empalmaron y no vieron la cama nada más que para sentarse en ella a ponerse las botas para irnos al campo.

El domingo por la mañana nos fuimos de senderismo, a hacer una ruta que califican de intensidad baja, pero yo me río de esto, porque Aurelio nos metió por unos sitios donde no llegaban ni las cabras montesas. Fuimos a la Ventana de Barrios que está en todo lo alto de un monte y desde donde hay unas vistas del pueblo preciosas. En las fotos podéis ver la ventana que está justo en el centro de los dos picos, y una foto desde más cerquita.

Luego fuimos a la Cueva del Fraile, en el lateral de una montaña. En las fotos podéis ver el paisaje donde se enclava esta cueva y dos detalles de la misma. Llegamos a la Fuente de la Mora para refrescarnos y desde allí ya cogimos el sendero para el pueblo. Salimos a las 7 de la mañana y entramos por las puertas de la casa a las 12, un poquitín cansadas y todas llenas de pinchos. Hubo caídas pero sobre todo mucho oxígeno puro y muchas risas.

Por la noche, el partido de España. Allí nos íbamos a morir todos de los nervios, pero mereció la pena porque al final ganamos a los italianos y nos volvimos contentos para casa.

Ha sido un fin de semana muy completito: ejercicio, comida y bebida, muchas risas y picaduras de mosquito, muchas picaduras de mosquito. Me las he llevado yo todas, vamos; hemos contado 50 picaduras, así que la próxima vez que vaya a Zuheros me haré una transfusión antes porque los bichos estos me han dejado seca.

Besotes.